Arequipa es un destino vibrante, rodeado de majestuosos volcanes y rico en historia, cultura y sabores. Conocida como la Ciudad Blanca por sus edificaciones construidas con sillar —una piedra volcánica clara—, Arequipa deslumbra a cada paso con sus calles coloniales, su clima agradable y su gastronomía única.
Este destino es Patrimonio de la Humanidad gracias a su bien conservado Centro Histórico, donde la arquitectura barroca mestiza convive con plazas vivas y callejuelas llenas de encanto. Sus tradiciones se mantienen vivas en festividades, mercados y la calidez de su gente.
Entre los lugares turísticos más destacados están la imponente Catedral, el Monasterio de Santa Catalina y el fascinante Museo Santuarios Andinos, hogar de la momia Juanita, una joven inca sacrificada hace siglos en el volcán Ampato.
Llegar a Arequipa desde Lima es sencillo y tienes dos opciones principales:
La arquitectura de Arequipa es una mezcla armoniosa de lo colonial y lo andino. El Centro Histórico es un museo al aire libre, con calles flanqueadas por casonas de sillar, balcones de madera y patios llenos de flores. Caminar por este entorno es como retroceder en el tiempo.
Tómese unas horas para pasear por el centro de la ciudad de Arequipa, también llamado «Ciudad Blanca» por sus numerosos edificios construidos de piedra volcánica blanca. En el año 2000, la UNESCO declaró las 332 hectáreas del centro histórico como Patrimonio de la Humanidad. Durante el paseo, podrá admirar algunos de los edificios históricos más bellos de la ciudad.
La Plaza de Armas es uno de los puntos más emblemáticos y está considerada una de las más bellas del país. Además, puedes visitar otras iglesias coloniales, el Museo de Arte Virreinal y unirte a city tours peatonales con historias y leyendas locales.
La Plaza de Armas es el corazón palpitante de Arequipa. Rodeada de elegantes arcos coloniales, palmeras y edificios históricos, es un lugar perfecto para disfrutar del ambiente local. De día, es ideal para tomar fotos, pasear o sentarse en una banca a observar la vida cotidiana. De noche, la iluminación realza su belleza y convierte a la plaza en un escenario mágico, con la Catedral brillando bajo el cielo andino.
La Catedral de Arequipa, de estilo neorrenacentista, ocupa todo un lado de la plaza y es uno de los templos más imponentes del país. Su construcción original data de 1612, aunque fue reconstruida en el siglo XIX tras varios terremotos que afectaron la ciudad.
En su interior alberga una valiosa colección de arte sacro y elementos únicos como el segundo órgano más grande de América Latina, una suntuosa lámpara de araña traída de Sevilla y un altar de mármol italiano de gran majestuosidad.
Además, la catedral cuenta con un museo que abarca más de 400 años de historia, y permite subir a una de sus torres para disfrutar de una vista panorámica del centro histórico y del volcán Misti.
La cocina arequipeña es uno de sus mayores tesoros. Las picanterías tradicionales son una parada obligada para probar platos típicos como:
No olvides probar la crema helada arequipeña, un postre típico perfecto para disfrutar frente a la Plaza.
Para una experiencia auténtica, busca lugares frecuentados por locales, muchos ofrecen menús del día con platos contundentes y caseros.
Fundado en 1579, este convento de clausura funcionó por más de 300 años y hoy es uno de los lugares turísticos más visitados y mejor conservados de América Latina.
El Monasterio de Santa Catalina es considerado uno de los mayores edificios religiosos del mundo, con una superficie de más de 20,000 m². Durante siglos, albergó a más de 500 monjas provenientes de familias acomodadas, quienes vivían completamente aisladas del resto del mundo.
Este complejo monumental es una verdadera ciudad dentro de la ciudad, con laberintos, calles estrechas, plazas, fuentes, jardines, cocinas, lavanderías y habitaciones que permiten imaginar cómo era la vida conventual en el pasado. Sus colores intensos —rojos, azules y naranjas— sumados al silencio y la serenidad del lugar, transportan al visitante a otra época y crean un ambiente único para la reflexión y la fotografía.
Pasear por el Monasterio de Santa Catalina es también sumergirse en las historias y leyendas que aún habitan sus muros, haciendo de la visita una experiencia tanto cultural como espiritual.
Consejos para tu visita
El monasterio impresiona por su belleza y la paz que transmite, ideal para explorar sin prisa.
Desde sus arcos de sillar, el Mirador ofrece una vista inigualable del volcán Misti y parte del casco antiguo. Los arcos están grabados con frases célebres de autores peruanos.
Yanahuara es un barrio con calles empedradas, casas coloniales y un ambiente tranquilo que contrasta con el centro. Puedes disfrutar de helados artesanales, cafés con vista y visitar la Iglesia de San Juan Bautista, un templo barroco del siglo XVIII.
Qué hacer en Yanahuara
Esta experiencia te lleva a las canteras donde se extrae el sillar, piedra volcánica que define la arquitectura arequipeña desde la época colonial.
Las canteras de Añashuayco y Culebrillas, a las afueras de la ciudad, son accesibles en tours que muestran cómo los canteros tallan a mano esta piedra con técnicas tradicionales. Algunas esculturas representan escenas religiosas o cultura incaica.
Algunos tours ofrecen la oportunidad de participar en el tallado, haciendo la experiencia más interactiva y enriquecedora.
Este museo alberga la momia Juanita, una niña inca sacrificada hace más de 500 años en el volcán Ampato, encontrada congelada y en perfecto estado. Su cuerpo y los objetos rituales del museo permiten entender las ceremonias y creencias del Imperio Inca.
Además, el museo exhibe textiles, cerámicas y herramientas prehispánicas.
Tips para la visita
Un molino de piedra del siglo XVII, rodeado de paisajes verdes, ideal para pasear y tomar fotos. Cuenta con animales de granja, zonas de picnic y pequeños mercados artesanales. Se accede en transporte público o taxi.
A las afueras de la ciudad, estas aguas minerales ofrecen propiedades relajantes. Hay piscinas públicas y privadas, perfectas para una escapada de medio día. Algunos alojamientos ofrecen acceso directo.
Uno de los cañones más profundos del mundo, a 3-4 horas de Arequipa. Famoso por el avistamiento del cóndor andino, pueblos tradicionales como Chivay y Yanque, y terrazas preincaicas. Ideal para trekking, ciclismo y conocer la cultura local.
Cerca del centro, este valle ofrece rutas de senderismo y ciclismo, rodeadas de campos agrícolas y vistas al Misti. Es un lugar perfecto para desconectar sin salir de la ciudad.
Ubicado en una casona colonial restaurada, Chicha fusiona la tradición arequipeña con técnicas modernas. Platos destacados: cuy chactado, costillar de cordero. Su carta de chichas, bebida tradicional peruana, es un must.
Picantería tradicional en Yanahuara famosa por su rocoto relleno, chupe de camarones y costilla de lechón al horno. Usa ingredientes autóctonos que realzan el sabor auténtico.
Ofrece carnes y pescados cocinados sobre piedra volcánica. Su especialidad Alpandina fusiona ingredientes de los Alpes y Andes. La trilogía de carnes (res, alpaca y cordero) es muy popular.
Arequipa ofrece una amplia variedad de alojamientos que se ajustan a diferentes estilos y presupuestos:
La mayoría de los alojamientos incluyen desayuno y servicios turísticos como traslados y city tours.
Arequipa ofrece una experiencia completa que combina arquitectura, historia, paisajes y gastronomía. Desde la monumental Catedral y el tranquilo barrio de Yanahuara, hasta el místico Monasterio de Santa Catalina y las canteras de sillar, cada rincón cuenta una historia.
La cocina local es otro gran atractivo, con picanterías, mercados y heladerías que reflejan la identidad arequipeña.
Arequipa no es solo un lugar para visitar, es un destino para sentir, saborear y recordar. Una ciudad donde lo antiguo y lo moderno, lo espiritual y lo cotidiano, se unen en una experiencia inolvidable.